Con la esencia de las tabernas madrileñas de finales del S.XIX, pero con el espíritu de los locales neoyorquinos que conforman la nueva ruta boho, abre sus puertas la Taberna El Lío, el nuevo templo del vino. Situado junto a la Plaza de Ópera, el local cuenta con el sello del crítico gastronómico Andrés Sánchez Magro, la maestría ante los fogones del chef Pepe Rodríguez de El Bohío, y el estilo del decorador Ignacio García de Vinuesa.

Un espacio llamado a convertirse en el punto de encuentro de los amantes del vino y la gastronomía en estado puro, en la cita obligada de los bon vivant y los amantes del arte, y en centro obligado de visita para quienes viajan hasta España y quieren conocer su auténtica gastronomía.

Vamos al lío.

Una auténtica taberna en la que se ofrecen única y exclusivamente vinos. Sánchez Magro, autor del libro ‘Por fin vas a entender de vinos’, ha sido el encargado de elaborar la carta, que recoge unas 150 referencias muy bien escogidas de entre todas las denominaciones de origen españolas y las más importantes de todo el mundo. Incluyen tanto vinos de corte clásico y los buques insignia de cada región, como referencias de altísima gama y vinos curiosos y diferentes, muy difíciles de encontrar en otros locales de la capital. Muchos de ellos pueden disfrutarse por copas con precios que oscilan entre los 2 € y los 6 €. Además, su bodega, situada en el sótano, se puede reservar para la realización de catas.

El acompañante ideal del vino.

La Taberna El Lio ofrece una propuesta gastronómica sencilla y de calidad a base de tapas, diseñadas por el estrella Michelín Pepe Rodríguez, que recogen las recetas de la gastronomía tradicional española, pero con un toque moderno y sofisticado. En su carta no faltan las conservas al natural o aliñadas y propuestas tan típicas de nuestra cocina como la pizarra de embutidos extremeños, catalanes y madrileños, el bacalao frito en adobo, las croquetas de jamón o los callos a la madrileña. Para terminar de liarla, proponen crema catalana, arroz con leche o su postre especial a base de chocolate. Y para quiénes quieren probarlo todo, cuenta con un menú degustación ‘Todo El Lio’, por 40 € con vino incluido. Deliciosas opciones para paseantes del Madrid histórico, para quienes practican la copa de vino ‘after office’, o para un sabroso picoteo a la salida del teatro o de la ópera.

Un viaje en la máquina del tiempo.

El local, que antiguamente albergaba el Café Ricordi, se divide en tres salas separadas por columnas, en las que antiguas mesas bajas estilo bistró y una bancada de sillones como las de los cafés de los años 20, se alternan con cosmopolitas taburetes y mesas altas y una maciza barra de madera al estilo de las tabernas más castizas. El establecimiento ha conseguido mantener toda la esencia del Café que fuera durante años el punto de encuentro de artistas y bohemios, conservando elementos decorativos como tres grandes columnas de estilo corintio que flanquean la barra, una impresionante bóveda con frescos pintados, suelos de mármol, frisos de aire barroco o una bancada de sillones en terciopelo. Una decoración retro que combina en perfecta armonía con un moderno mobiliario como taburetes de metacrilato, mesas altas, lámparas doradas de estilo vintage, cuadros pop-art con imágenes taurinas. Todo ello, realizado en granate y verde botella, tonos que siempre han imperado en las tradicionales tabernas como recuerdo al vino.