Los verinenses rindieron un año más culto a sus vinos, sumándose masivamente al desfile de los 'carros' que en la tarde de ayer cruzaron por el centro de la villa portando 25 olas de vino tinto y blanco, además de mosto y agua.

El vecindario vivió una nueva edición de la 'Carrada do viño', que desde hace cinco años organiza un grupo de viticultores, capitaneados por el hostelero Edelmiro Mateo. 'Cada ano acude máis xente a festa, que, a este paso, dentro de pouco será unha das principais citas gastronómicas de Galicia. Al menos, ese é o noso obxetivo', explicó Edelmiro Mateo.

Los carros, cinco en total, cruzaron por la villa a partir de las siete de la tarde, pero horas antes ya despertaban la curiosidad de vecinos y visitantes que se acercaron al Mesón do Castro, donde permanecieron aparcados toda la jornada.

Para acompañar los caldos, la organización preparó nueve jamones asados, 18 'cachuchas' y otros tantos lacones, además de 120 empanadas. El único requisito para participar en la fiesta era comprar una taza de barro 'cunca' que la organización puso a la venta por seis euros.

El desfile comenzó con un reparto de mosto, acompañado de trozos de empanada y caramelos para los más pequeños. Los viticultores abrieron las primeras vasijas de vino al llegar a la plaza do Carboeiro, donde, además de la empanada, se acompañaba el vino con un trozo de 'cachucha'. A medida que entraba la noche, cientos de personas se fueron sumando a la 'acarrada', que sobre las 21.00 horas llegaba al barrio de San Lázaro, donde varios vecinos se sumaron aportando más vino. 'O expectáculo é impresionante, porque é unha festa do pobo, de amistade e confraternización entre os veciños', recalcó Edelmiro Mateo.

Del barrio de San Lázaro, la 'acarrada' enfiló hacia la calle Maior para llegar a la plaza de García Barbón, donde la organización repartió en trozos los ocho jamones asados y el bodeguero Ricardo Palacios dio lectura al pregón.

Edelmiro Mateo recalcaba que la fiesta no es un 'botellón' a lo largo del casco urbano, 'porque por difícil que parezca durante a festa no se registran moitas borracheiras, dada a comida que repartimos', aseguró.

La fiesta está dedicada a San Trifón, patrón de los viticultores, y tienen como objetivo dar a conocer los caldos de la comarca.